Aunque se realizan rayos x, endoscopias, doppler,
ecografías en los propios boxes de la unidad hay otros muchos medios
diagnósticos que precisan transportar al paciente hasta el lugar de hubicación.
Hoy por ejemplo, para la realización de un cateterismo cardíaco hemos
acompañado al paciente hasta la sala de hemodinámica, situada al comienzo del
hospital.
El transporte intrahospitalario de pacientes críticos es
una procedimiento muy frecuente que representa un riesgo adicional y con ello,
la aparición de posibles complicaciones en su enfermedad.
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Cardiovasculares: arritmias, alteraciones de la TA por discontinuidad en
la perfusión de drogas de forma accidental, o cambios en FC y/o FR como
resultado de ansiedad, dolor o mala sedación.
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Respiratorias: hipoxemia por una inadecuada ventilación, cambios en el
equilibrio ácido-base.
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Neurológicas: hipertensión intracraneal.
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Derivadas de una mala planificación: acodamiento u obstrucción de las
tubuladuras del respirador, fallo del equipo de monitorización, agotamiento de
las baterías de monitores, bala de oxígeno, desconexiones accidentales de
catéteres, drenajes, tubo orotraqueal, sondas vesicales, agotamiento de
perfusiones, etc.
FASE DE PREPARACIÓN
Determinar el personal que participará en el traslado y
sus funciones. Informar del procedimiento y su utilidad al paciente si está
consciente, e incluso entregarle consentimiento informado. Identificar
adecuadamente al paciente, si es posible con pulseras. Confirmar con el médico
las perfusiones, medicación, etc., que se van a mantener o necesitar durante el
traslado y suspender aquellas que no sean imprescindibles hasta que se regrese
a la unidad. Retirar medidas de presión como PVC, PIA, PIC, etc. Intentar
colocar todas las bombas de infusión y sueros en un mismo soporte, a poder ser
acoplado a la cama. Si el paciente estuviera con NTE, suspender y dejar SNG a
bolsa. Proteger al paciente de cambios de la temperatura tapándole con una
sábana. Importante para la enfermera revisar las fijaciones de vías, tubo
endotraqueal, drenajes, etc., para evitar retiradas accidentales durante su
transporte. Comprobar el estado y autonomía del material necesario (cargas de
baterías, bala de O2, nivel de llenado de bolsas de orina y drenajes,
perfusiones,...) Comprobar el ciclado del respirador y llevar siempre balón de
resucitación con mascarilla para posibles extubaciones o complicaciones con el
respirador. Comprobar funcionamiento del monitor, fijar los límites de alarmas
y calibrar transductores de presión arterial.
FASE DE TRANSPORTE
Vigilar
las constantes. Supervisar el paso por puertas o ascensores para evitar
desconexiones. Preparar al paciente para el paso a la camilla de diagnóstico y
coordinar el momento de dicho paso por la enfermera o el médico de UCI que
controlará cabeza. Conectar el respirador portátil o la mascarilla de oxigeno a
una toma de pared para evitar el agotamiento de oxigeno durante la prueba.
Colocar el monitor y el respirador en un lugar visible y
si es posible conectarlo a la corriente para evitar consumo de baterías.
Revisar la colocación del tubo endotraqueal, vías, drenajes, tubuladura del
respirador, etc. para que en la prueba no hayan desconexiones. Valorar la
necesidad de sedorelajación y aspiración de secreciones durante el
procedimiento. Si en paciente está consciente tranquilizarle explicándole lo
que se le hará en todo momento. Ante la sospecha de complicaciones, se
comentará con el intensivista que valorará suspender la prueba o tomar medidas
oportunas. Al terminar la prueba pasar al paciente de nuevo a su cama con las
mismas precauciones anteriores.
FASE DE REGRESO
Colocación del monitor central, y conexión al respirador o
al caudalímetro con los parámetros anteriores o los que indique el médico
responsable. Conectar las medidas de presiones que tuviese. Reiniciar
perfusiones y nutrición enteral suspendida. Revisar vías, tubo orotraqueal,
sonda vesical, drenajes, bombas de infusión, etc. Dejar al paciente
correctamente instalado en su box.
REFLEXIÓN DEL DÍA:
Antes
de iniciar la realización de cualquier procedimiento que conlleve un
desplazamiento para el paciente, valoraremos el beneficio a obtener y el riesgo
que conlleva.
El
personal de enfermería está muy implicado en el transporte de enfermos
críticos, por lo que es necesario un adecuado entrenamiento para evitar la
aparición de complicaciones que aumenten la morbi-mortalidad del enfermo.
Bibliografía:
-Parra Moreno
ML, Arias Riviera S. Procedimientos y
técnicas en el paciente crítico. Madrid; Elsevier, 2003.
- González Díaz AI.
Transporte intrahospitalario del paciente crítico. Protocolo actuación Hospital
Universitario Fundación Alcorcón.
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