miércoles, 6 de marzo de 2013

Monitorización INVASIVA


DESORIENTADA: quizás esta sea la palabra que más defina hoy mi estado en la unidad. “Nadie dijo que los comienzos sean fáciles” pero me siento más perdida que nunca. Bueno la verdad que solo llevo dos días en la unidad, pero la gran cantidad de información recibida ha hecho que apareciese en mí este sentimiento.

La entrada de hoy, siguiendo un poco la dinámica de la anterior, va dirigida a la monitorización invasiva. Consiste en la vigilancia continua de las presiones intravasculares del paciente crítico: tensión arterial (TA), presión venosa arterial (PVC) presión arterial periférica (PAP)… Además, evalúa la función ventricular derecha e izquierda por medio de las presiones y el volumen minuto cardiaco. Es básica en enfermería clínica avanzada.
Indicada en IAM complicado, shock, cirugía cardiaca, pacientes en estado crítico con problemas cardiacos asociados como en la sepsis, IR, IRA, y en la valoración del tratamiento vasodilatador en fallo del ventrículo izquierdo.
La monitorización hemodinámica invasiva es un tema muy extenso, por ello la entrada de hoy va dirigida en concreto a describir el sistema de monitorización de presión que dispone uno de los pacientes de la unidad, así como las consideraciones más importantes a tener en cuenta para manejarlo de la forma más correcta y segura.
 
El equipo de monitorización hemodinámica está compuesto por un catéter, sistema, bolsa de suero salino isotónico, presurizador, transductor y monitor.

Para mantener permeable la vía, es necesario un sistema presurizado con flujo continuo y de lavado rápido intermitente. Para presurizar el sistema, se utiliza una bolsa de suero salino isotónico dentro del presurizador, inflado a una presión de 300 mmHg o para asegurar un flujo continuo de 3 ml/h. El sistema está conectado al transductor y el transductor al catéter, a través de una alargadera. Es importante purgar el sistema correctamente para no distorsionar las curvas.
Establecemos el “0”: ya que las presiones intravasculares son relativas a la presión atmosférica. Para medir presiones venosas o arteriales colocamos el transductor en el eje flebostático (cuarto espacio intercostal, línea media axilar; que es la referencia externa de la aurícula derecha). Una vez colocado, abrimos la llave de tres pasos del transductor y lo ponemos en contacto con la atmósfera, de esta manera obtenemos el “0”, y una que vez que observamos el cero en el monitor podemos volver a conectar hacia la vía que queremos monitorizar: arteria (TA), catéter central (PVC, que debe medirse por la luz distal), en este momento observaremos la curva con sus valores en el monitor.

REFLEXIÓN DEL DÍA:
Los cuidados del equipo de monitorización están encaminados a disminuir al máximo el riesgo de infección del paciente, y mantener la integridad del equipo para obtener datos precisos y fiables.
-    Técnica estéril durante la preparación, asepsia en su manejo.
-          Comprobar la integridad del sistema.
-     Calibrar el sistema cada 8h y siempre que el transductor se movilice, o se movilice al paciente.
-          Mantener el sistema bien presurizado, ajustarlo cuando se afloje.
-          Establecer en el monitor la escala de medida más idónea.

Bibliografía consultada:
  1. Esteban A, Martín C. Cuidados intensivos en Enfermería. Editorial Harcourt, Madrid. 2001
  2. Cantos Y. Monitorización invasiva del sistema cardiovascular. En: Esteban A, Martin C. Manual de cuidados intensivos para enfermería. 3ª Ed. Madrid: Springer-Verlag Ibérica; 2000; 53-62.
  3. Sánchez M. Atención especializada de enfermería al paciente ingresado en Cuidados Intensivos. Editorial Formación Alcalá, Jaén. 2003
  

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